El patio está movido. ¡Y de qué manera! En los próximos días, o semanas, el Ayuntamiento se pondrá manos a la obra con su nuevo "plan de festivales en el Fòrum".

Y fijará límites porque la fiesta debe ser compatible con la vida cotidiana de los vecinos y la movilidad de la ciudad. Es una buena idea de que solo haya conciertos y festivales durante 30 días al año, 15 hasta las 23 horas y 15 para los más parranderos que superen esta hora. 

El equipo de Gobierno deberá decidir en este mes de marzo quienes serán los adjudicatarios por tres años, exceptuando el Primavera Sound y el Cruïlla, exentos de la concurrencia pública porque tienen contratos en vigor, aunque cuando estos acaben deberán someterse a la nueva normativa.

Este pasado año además de estos clásicos el Fòrum ha sido escenario de otros eventos como Soundit, Telecogresca, Share, Offweek, Colombia Fest, Brunch Elektronic, B Festival, Nostalgia Milenial, Love 90's Barcelona, 25 Years of Cocoon, Jazztronica y Blackworks, además del concierto de Robe Iniesta y las actuaciones musicales de la Fiesta Nacional de Bolivia, o la tradicional Feria de Abril. 

El sudoku no es fácil y es loable la actitud del consistorio. En otros momentos, las formas fueron mejorables, pero parece que el seny se ha impuesto en el Gobierno Collboni y desaguisados de otras épocas han pasado a la historia. Pero, siempre hay un pero, hay que estar atentos.

En estas pasadas semanas nuestros compañeros de Crónica Global y Metrópoli han publicado algunas informaciones que obligan a poner luz y taquígrafos en a quién se les adjudican los eventos para evitar problemas colaterales, o no tan colaterales. 

“El fondo Supeertruct echará al fundador de Bruch Eleectronik tras comprar el 50%”, decía en un titular. Mi experiencia me dice que los cambios accionariales y directivos, comportan cambios en las actitudes y las prestaciones. Y en el caso de eventos masivos, las actitudes y prestaciones son fundamentales para garantizar el éxito de realización del evento y evitar empañar la imagen de Barcelona. 

Además, hay que tener en cuenta que la separación va a provocar cuitas con los artistas, bloqueo de fechas y competencias que no difieren en exceso de lo desleal. Por tanto, el equipo municipal debe ser este año más escrupuloso si cabe exigiendo a los promotores las garantías suficientes y prescindiendo de aquellos que incumplen la legislación europea y española porque tienen un historial a sus espaldas de quiebras y fraudes. 

No señalo a nadie, pero sí lanzo un aviso. En este ambiente enrarecido en el sector del ocio se están realizando serias acusaciones, algunas con fundamento.

Y es ahí donde el consistorio debe coger el toro por los cuernos y no adjudicar eventos públicos a quienes “hayan sido condenados mediante sentencia firme por delitos relacionados con la corrupción, estafa, administración desleal, blanqueo de capitales u otros delitos contra la Hacienda pública o la Seguridad Social”, según reza en las obligaciones de quienes contratan con el sector público.

La normativa europea también marca esta línea. De hecho, subraya que ni siquiera es necesaria una condena judicial para excluir a un licitador de un concurso público. La ley es igual para todos y todos deben cumplirla como hacen decenas de empresas y autónomos que contratan con el consistorio. El sector del ocio no está exento porque en este sector la fiabilidad es un bien, o debe ser, un bien más que apreciado. 

Será positivo que el Ayuntamiento sea escrupuloso y ponga coto a personajes que no son de recibo. Es un aviso a navegantes.