Los mejores cruasanes de Barcelona
Diez panaderías en las que degustar las más sotisficadas versiones del rey de la bollería
29 abril, 2017 19:58Noticias relacionadas
Un cruasán perfecto tiene que ser esponjoso y equilibrado, ligeramente tostado en la superficie pero meloso en el interior, y debe entrar por los ojos. Tierno, sin el menor atisbo de sequedad, que se deshaga en la boca sin llegar a empalagar, nada grasiento, tampoco pesado o indigesto, suave, delicado y a la vez consistente, voluptuoso. ¿Existe esta maravilla en la Tierra o habita únicamente en nuestra imaginación? Pues existe, vaya si existe, y en Barcelona hay grandes ejemplos de cruasanes increíbles. Este es nuestro top, aunque seguro que nos dejamos alguno:
1-Baluard
Sus panes se encuentran entre los mejores de Barcelona, pero también sus tartaletas, pasteles, bollería y otras delicatessen que hicieron de este pequeño horno de la Barceloneta un referente en materia panadera mucho antes de que el boom llegase para quedarse. La cosa fue tan bien que actualmente Baluard sirve pan a numerosos restaurantes y tiene puntos de venta en diversas ciudades españolas. En Barcelona, cuentan con un amplísimo espacio en L’Eixample, en el interior del Hotel Praktik, un interesante concepto (el de panadería + hotel) que cuenta con numerosos adeptos entre el público local y los huéspedes. Allí nos reciben, entre otras delicias, unos cruasanes de mantequilla espectaculares, muy sabrosos y esponjosos, bien hojaldrados, no excesivamente dulces y de sabor suave y delicado.
Baluard, 38 / Provença, 279.
2- Turris
El excelente pan artesanal de Xavier Barriga y su repostería casera, sencilla y 100% artesanal han hecho de este panadero una figura mediática fundamental en la divulgación del mundo del pan en los últimos años. Barriga no tiene ningún problema en revelar al mundo los secretos de su aclamada repostería, y ha publicado diversos recetarios en los cuales nos facilita, entre otras cosas, los trucos para elaborar un cruasán de nota. También organiza periódicamente talleres en sus hornos, en los que enseña cómo elaborar en casa esta delicia elaborada con masa hojaldrada fermentada. Su cruasán es tierno, equilibrado, con un marcado sabor a mantequilla y ligeramente tostado en su exterior. Como todos los productos que salen del horno de Turris, está hecho de forma artesanal, sin aditivos.
Varios establecimientos: www.turris.es
3- Escribà
El cruasán de Escribà tiene historia. Antonio, el padre de Christian Escribà, se fue a Francia a estudiar pastelería y se enamoró de Joseline, la hija de su maestro. Al parecer, Joselin no estaba dispuesta a vivir en Barcelona si Antonio no le garantizaba que podría comer cruasanes como los de su país, y así se lo hizo saber: “o creas un cruasán como los que hay en mi país o yo no vivo en Barcelona”. La historia, obviamente, tuvo un final feliz tanto para la pareja como para los barceloneses, que gracias a Joseline podemos disfrutar de esta maravilla que cuenta con una versión con cuernos y otra sin ellos. Es un cruasán nada aparatoso y tampoco demasiado dulce (perfecto para acompañar de jamón y otros complementos salados), muy esponjoso y riquísimo.
Gran Via de les Corts Catalanes, 546.
4- LR Festival des Pains
Entrar a esta diminuta panadería de Sant Antoni es hacerlo en una especie de boutique del pan. Lejos de la clásica panadería con mostrador a la que estamos acostumbrados, aquí una serie de pequeñas bandejas dispuestas por el local nos dan la bienvenida con pasteles deliciosos, panes, panecillos, bollería… Todo ello con un marcado acento francés, que se percibe desde el olor hasta el interiorismo, y que se traduce también en unos cruasanes de mantequilla elaborados al estilo artesanal: altos, consistentes, que se deshacen en la boca, con un marcado sabor a mantequilla. ¿Otra recomendación? Tienen un pan de molde con un toque de mantequilla, también en su versión integral, espectacular.
Manso, 40.
5- L'obrador del molí
¿Quién no ha soñado alguna vez con uno de esos cruasanes que parece que están a punto de estallar, de los que emerge discretamente un cremoso chocolate que nos hace intuir que el interior debe estar a rebosar? El cruasán de chocolate de L’obrador del molí, una bomba de relojería en todos los sentidos, es solo un ejemplo de las virguerías que podemos encontrar en este establecimiento, que nos deleita con creaciones especiales y ha nacido para desafiar todas las normas de las boulangeries tradicionales: aquí hemos comido cruasanes de mojito, de mermelada y otras combinaciones aparentemente imposibles. Pero solo aparentemente.
Varios establecimientos: www.lobrador.es
6- Sweetaly
Recién abierta en Sant Antoni, esta heladería italiana con amplias cristaleras a la calle y espacio de degustación nos ha sorprendido con una pastelería artesanal de gran nivel y unos cruasanes (cornettos) de nota. Los tienen normales, de chocolate y, nuestro preferido, un cruasán de mantequilla multicereales nada empalagoso, tierno y muy sabroso, con muy poco azúcar, que debemos maridar sí o sí con uno de sus excelentes cafés italianos. Tienen múltiples modalidades, desde el espresso tradicional hasta el capuccino o una delicia llamada Shakerato. Y los helados, ¿qué decir de los helados..? Eso será ya otro capítulo, pero solo adelantamos que la respuesta es sí.
Ronda de Sant Pau, 39.
7- Sirvent
Cuando uno es un referente en turrones y horchatas es consciente de que tiene el listón muy alto a la hora de hacer cualquier cosa. Es el caso de Sirvent, la turronería-horchatería por excelencia que tiene ahora un establecimiento de espectacular interiorismo, siempre animado y agradable, a dos pasos del Mercat de Sant Antoni. Pese a que la oferta pastelera es ilimitada (tienen también crêpes, pasteles y bollería), su cruasán de tiramisú es un caballo ganador, capaz de trasladarnos de un plumazo a un lugar paradisíaco a caballo entre Italia y Francia. Pura poesía cremosa que gana mucho cuando nos decidimos a mojarlo en el café con leche.
Ronda Sant Pau, 67.
8- Ochiai
Que una pastelería japonesa tenga uno de los mejores cruasanes de Barcelona es una ironía que demuestra que la ciudad nos puede seguir sorprendiendo mientras siga habiendo personas como Takashi Ochiai, dispuestas a hacer justo lo contrario de lo que se espera de ellas. Y es que en esta pastelería en que encontramos una buena cantidad de espectaculares dulces japoneses multicolores se halla también una maravilla llamada cruasán de té verde. Su crema de té verde, suave y equilibrada, se lleva a las mil maravillas con el sabor ligeramente mantecoso del cruasán, que convive en paz con mochis, dorayakis, kinakos y otras delicias japonesas.
Comte d'Urgell, 110.
9- Oriol Balaguer
Esta pastelería ilustre con tres sedes en Barcelona, regentada por el maestro chocolatero por excelencia, el multipremiado Oriol Balaguer, elabora oficialmente el Mejor Cruasán de Mantequilla de España 2014 según el Gremi de Pastissers de Barcelona. Y lo cierto es que es espectacular: delicado, esponjoso, consistente (lejos de esos cruasanes mustios y de aspecto triste y desinflado), con un toque ideal de mantequilla. Lo ideal es acercarse a su establecimiento del Born, frente al mercado, el único que tiene zona de degustación, y acompañarlo con un chocolate a la taza, también uno de los mejores de Barcelona. Cada semana encontraremos, además, un cruasán diferente inspirado en la gastronomía de un país.
Plaça de Sant Gregori Taumaturg, 2 / Travessera de Les Corts, 340 / Fusina, 5.
10- La fabrique
Este pequeño horno que se encuentra medio escondido en un callejón del Poble-Sec hace el que es, para nosotros, el mejor cruasán de la ciudad. El secreto del cruasán de mantequilla de La Fabrique es, precisamente, que no tiene secretos: se elabora a la manera tradicional, con una materia prima (ecológica en buena medida, aunque no en todos los casos) de primerísima calidad. El cruasán está espectacular y podríamos decir que incluso, sin ser lo óptimo, aguanta mucho mejor que otros de un día para otro. Todos los sábados se encuentran, además, en el Mercat de la Terra de Les Tres Xemeneies, en el Paral·lel, donde además de los cruasanes encontramos panes artesanos y ecológicos muy interesantes.
Radas, 35.