una imagen de archivo de Carmen Thyssen y Barcelona de fondo
El piso de Carmen Thyssen, la persona más rica de Barcelona, está en este barrio: heredera de una fortuna de 1.300 millones
La hija menor de la baronesa inicia una nueva etapa en la capital catalana, centrada en sus estudios de Derecho en la UIC, donde se prepara para asumir el peso de una de las mayores fortunas familiares del país
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La vida de Carmen Thyssen, hija menor de la baronesa Carmen Cervera, ha dado un giro decisivo este curso. Con apenas 19 años, la joven heredera —una de las fortunas familiares más poderosas del país— ha dejado atrás su etapa en Sant Cugat y las estancias frecuentes en Andorra para instalarse de manera estable en Barcelona, donde ha comenzado una nueva etapa académica y personal.
Considerada por varias publicaciones económicas como una de las jóvenes más acaudaladas de España, Carmen crece con el peso de un patrimonio que ronda los 1.300 millones de euros, legado de un imperio que combina arte, inversiones y un vasto patrimonio inmobiliario.
Aunque la baronesa es conocida por su carácter imprevisible a la hora de hablar de herencias, su hija pequeña siempre ha sido señalada por el entorno familiar como la gran beneficiaria del futuro legado.
La baronesa Carmen Thyssen en Barcelona en una imagen de archivo
Una mudanza estratégica a la zona alta
Este otoño, la familia ha decidido establecer a la joven en un piso propio en el barrio de Sarrià, una de las zonas más exclusivas de la ciudad. Se trata de un apartamento amplio, luminoso y ubicado cerca de la montaña de Collserola, donde Carmen disfruta de una independencia controlada y, a la vez, de la cercanía de los servicios y la discreción que ofrece este enclave.
El entorno no es casual: a poca distancia se encuentra la Universitat Internacional de Catalunya (UIC), donde la joven ha iniciado el primer curso del grado de Derecho.
El cambio de trayectoria académica llega después de un intento fallido el curso anterior, cuando se matriculó en una prestigiosa escuela de negocios y acabó abandonando los estudios tras pocos meses. Esta vez la baronesa quiere que su hija encuentre una carrera más alineada con su futuro patrimonial.
Un rumbo académico renovado
La elección de Derecho responde a una intención clara: que Carmen conozca las bases jurídicas y administrativas que necesitará en el futuro para gestionar un legado complejo. El holding familiar abarca colecciones artísticas de relevancia internacional, propiedades repartidas por diversos países y una estructura empresarial que exige conocimientos legales sólidos.
La baronesa Carmen Thyssen (2i), acompañada de su hija Sabina (i), del alcalde de Barcelona, Jaume Collboni y del presidente del grupo inversor Stoneweg, Jaume Sabater (d), durante la rueda de prensa ofrecida este mediodía en el Ayuntamiento de Barcelona
En la UIC se la ha visto asistir a clase con discreción, siempre acompañada de un bolso de gran tamaño y un estilo que recuerda al glamour clásico de su madre. Sus compañeros la describen como educada, seria y muy reservada, pero integrada en la vida universitaria habitual.
Una relación estrecha con su madre
La mudanza a Barcelona también ha fortalecido la convivencia con la baronesa, que visita con frecuencia el piso de Sarrià. Ambas mantienen una relación especialmente estrecha, marcada por la protección que siempre ha mostrado la madre hacia su hija menor. Las dos han sido vistas paseando por las calles del barrio y entrando juntas en la universidad en más de una ocasión.
Mientras tanto, su hermana Sabina mantiene su residencia en Andorra y sigue centrada en proyectos artísticos. El primogénito, Borja Thyssen, continúa con una vida itinerante entre diversas ciudades del mundo.
La heredera y el arquitecto
Con estudios renovados, una nueva residencia y una mayor exposición pública, la joven Thyssen afronta una etapa clave de su vida adulta. Barcelona se convierte en el escenario elegido para que la heredera de una de las mayores fortunas del país construya su propio camino, lejos de la sombra mediática que durante años envolvió a la familia.
En el plano personal, Carmen mantiene una relación con Ignacio Barquero, arquitecto de 28 años e hijo de José Daniel Barquero, ejecutivo del entorno profesional de la familia.
El vínculo entre ambos se ha consolidado en los últimos meses, convirtiéndose en una presencia habitual en los eventos sociales de la joven.
