Pasaje de Palau de Mar, donde se encuentran la mayoría de restaurantes

Pasaje de Palau de Mar, donde se encuentran la mayoría de restaurantes PALAU DE MAR

Economía

Luces y sombras de la Copa América en la restauración de Barcelona: más proyección, pero pocos ingresos

Lo que se vendió como un evento que dinamizaría la economía local ha generado cierto desencanto, especialmente entre aquellos que esperaban beneficiarse de un flujo masivo de visitantes

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Un acontecimiento positivo, pero no con la intensidad esperada. La llegada de la Copa América de vela a Barcelona se presentó como una gran oportunidad económica. Desde que se hizo el primer anuncio del evento, el sector de la restauración de la ciudad vio una coyuntura única para captar a los miles de visitantes que, sin duda, la competición atraería a lo largo de sus dos meses de celebración.

Las cifras que presentó un informe de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) sobre la Copa América hablaban de un impacto económico de cerca de 1.200 millones de euros para Barcelona. Según estos cálculos, la mayor parte de ese retorno económico debía venir del gasto generado por los visitantes, en su mayoría extranjeros, que llenarían la ciudad durante el evento. Los promotores estimaban una asistencia de unos 2,5 millones de personas, una proyección que generó grandes expectativas en el sector turístico y comercial.

Sin embargo, lo que se perfiló como un evento que dinamizaría la economía local ha generado cierto desencanto, especialmente entre aquellos que esperaban beneficiarse de un flujo masivo de visitantes y de un impacto económico más palpable. Con la competición encarando su recta final, los restauradores barceloneses hacen balance de los meses de regatas, en los que las expectativas iniciales de un boom económico han estado bajo la lupa. 

Menos facturación e incremento de costes

Alex Mitats, director ejecutivo del grupo Somos Esencia, cuyos restaurantes --Agua, Brisa y Barraca-- se sitúan en el epicentro de la acción, es contundente: “El efecto de la Copa América ha sido negativo en cuanto a facturación. El año pasado fue muy bueno, pero este agosto nuestra facturación ha bajado un 10%, y en septiembre un 15%”. Mitats señala a Metrópoli que las expectativas eran enormes, comparándose incluso la Copa América con eventos de la magnitud de unos Juegos Olímpicos o un Mundial de Fútbol. Sin embargo, no ha sido así.

Contratamos a más personal para anticiparnos a la supuesta gran afluencia de visitantes, pero finalmente no ha llegado. Esto nos ha golpeado doblemente: por un lado, hemos facturado menos, y por otro, hemos incrementado los costes de personal”, señala Mitats, que también apunta a las restricciones impuestas por el Ayuntamiento, que exigieron más espacio entre terrazas y restaurantes para evitar aglomeraciones. Una situación que, según Mitats, se traslada a la mayoría de los restaurantes de la zona.

Proyección positiva, pero poco impacto en las cuentas

Ramón Bordas, del grupo Costa Este --propietario de Bastian Beach Club--, comparte una valoración algo más optimista, aunque también matiza: "La Copa América ha tenido cierto impacto, pero para nada a la altura de lo que se había pronosticado". Según Bordas, los fines de semana, especialmente ahora en octubre, han visto un repunte en el número de clientes, pero aun así, asegura a este medio que la competición ha estado "muy por debajo de las expectativas". Eso sí, resalta que en el ámbito corporativo e institucional sí han notado un mayor movimiento, con más eventos y actividad en la ciudad.

Desde Grupo Confitería, Lito Baldovinos coincide en que la proyección de Barcelona ha sido positiva gracias a la competición, aunque, como muchos otros, no ha visto un reflejo directo en sus cifras. "A nivel económico no lo hemos notado tanto. Sí que el primer fin de semana de octubre hubo un pequeño incremento, pero en general no ha sido lo que esperábamos”, explica. Sin embargo, Baldovinos destaca que la temporada de verano ha sido algo mejor que la del año pasado, con una ligera mejora en facturación respecto a 2023.

En el centro comercial Maremagnum, por su parte, reconocen que sí han notado un aumento en la afluencia de clientes, pero aclaran que esto puede atribuirse en parte a la apertura del Time Out Market en julio, el primer mercado gastronómico de este tipo en España. Según sus responsables, el impacto de la Copa América ha sido positivo, aunque no ofrecen datos específicos sobre el volumen de ventas generado exclusivamente por la competición.

Baile de cifras

El optimismo inicial del Gremio de Hoteles de Barcelona respecto a la Copa América también ha terminado rebajándose. Si antes del verano celebraban con entusiasmo la oportunidad que representaba este gran evento deportivo para llenar sus instalaciones y atraer a una asistencia “masiva”, en septiembre reconocieron en una rueda de prensa que, si bien la competición es un “gran escaparate” para promocionar la capital catalana a nivel internacional, el impacto sobre las reservas hoteleras no era “excesivamente importante”.

El pasado 9 de octubre, el consistorio anunció que las zonas de aficionados habían acumulado un total de 1,6 millones de visitas. Desde el Ayuntamiento, el foco está puesto en el legado que la competición dejará para la ciudad. Sobre el baile de cifras y los datos "falsos" proporcionados por la organización que denunció el medio digital La Directa, el alcalde Collboni aseguró este jueves que la edición de la Copa del América en Barcelona "es un éxito" y que está tranquilo si se quiere hacer una auditoría por parte de la Sindicatura de Cuentas.

Veleros de la Copa América

Veleros de la Copa América GALA ESPÍN Barcelona

El socialista también defendió que más allá de la afluencia inmediata, el verdadero impacto de la Copa América se apreciará con el tiempo, especialmente en términos de desarrollo deportivo y en el impulso a la llamada economía azul, el sector vinculado a las actividades marítimas. 

Con el final de la Copa América a la vuelta de la esquina, los restauradores confían en que el último empujón de la competición aporte un impulso adicional. No obstante, queda claro que, a nivel económico, el evento no ha estado a la altura de las expectativas generadas. El entusiasmo inicial se ha diluido y, aunque algunos ven el lado positivo en la visibilidad y proyección internacional de la ciudad, la realidad para muchos negocios locales ha sido, simplemente, una oportunidad perdida.