Las ciudades abandonan y recuperan espacios de forma cíclica. Los arquitectos han denominado a determinados espacios como ‘no lugares’, en el sentido de que no se ha encontrado para ellos una finalidad práctica. En Barcelona, aunque sí funciona una parte importante de ella, figura la montaña de Montjuïc. ¿Puede ser el ‘Central Park’ de la ciudad?, ¿una de las zonas clave en los próximos años?
El alcalde Jaume Collboni entiende que sí, siempre que se utilicen los instrumentos necesarios. También dibujó ese escenario el alcalde Xavier Trias, en su etapa de gobierno, entre 2011 y 2015. Han pasado los años, y ha habido pocos avances. Había otras prioridades.
De lo que se trata ahora es de integrar la montaña en un proyecto urbanístico que pueda solventar la principal carencia de la ciudad: la vivienda, y, en concreto, la vivienda de ayuda pública. ¿Es posible?
La maquinaria municipal, la integrada por arquitectos y urbanistas, cree que Barcelona crecerá en los próximos años hasta acoger a dos millones de personas. Ahora la ciudad, después de expulsar a muchos de sus vecinos, se ha situado en 1,7 millones de habitantes.
Hay margen para crecer, entienden los responsables municipales, siempre se aprovechen bien esos ‘no lugares’, con la participación pública y la ayuda privada.
En el caso de Montjuïc la oportunidad es única. Siempre con la imagen de Madrid en la retina, que ha sabido atraer a miles de personas para pasear y visitar la zona de los grandes museos –Prado, Reina Sofía, Thyssen—Barcelona no tendría nada que envidiar: MNAC, Fundació Miró, Museo Olímpico, CaixaForum, Museo Arqueológico, Etnológico, o el Museo del Pueblo Español.
Pero la zona verde, los paseos a pie o en bicicleta, nos lleva a la imagen del Central Park de Nueva York. Es posible que Montjuïc sea visto como algo único para los barceloneses –lo primero es atraer a la propia población local—siempre que se pongan las condiciones: iluminación, seguridad, restauración o transporte público.
¿Hay medios y voluntad política para hacer realidad ese sueño? En la intervención de Jaume Collboni de esta pasada semana, precisamente en el escenario de la Fundació Miró, --en el encuentro con los medios, L’alcalde Respon—se pudo pensar en que será posible.
El incremento de población previsto por el consistorio, en todo el entorno de la montaña de Montjuïc, es de 30.000 personas. Se desea construir 500 nuevas viviendas protegidas en el Poble-sec, junto a una guardería y un CAP para el barrio. Y ya está en marcha la ampliación del MNAC, junto con la reurbanización de la plaza Espanya, y la avenida de la Reina Maria Cristina, que quedará peatonalizada por completo.
Pero todo pasa por dar vida a los barrios de la Zona Franca, a que el urbanismo –de nuevo, como en los Juegos Olímpicos del 92—sirva para ‘hacer ciudad’, para dignificar y garantizar nuevos espacios prácticos: vivienda, ocio o ejercicio deportivo.
La cuestión es que ganar la montaña de Montjuïc debe ser un proyecto de ciudad en el que colaboren el grueso de las fuerzas políticas municipales. Jaume Collboni, que ha visto cómo es imposible hoy colaborar con los comunes en cuestiones clave como la construcción de vivienda en la ciudad –protegida y de mercado libre—debería mirar a su lado.
En Junts per Catalunya la sensación, tras escuchar a Collboni en la Fundació Miró, fue que todo ya se había dicho con anterioridad. Ese dibujo sobre la montaña se parecía mucho al de Trias en su mandato como alcalde.
Ahora puede ser una realidad. Pero hacer falta un mayor esfuerzo colectivo.