Interior del mercado de La Boqueria

Interior del mercado de La Boqueria GALA ESPÍN Barcelona

El pulso de la ciudad

Los paradistas de La Boqueria, divididos: "No tiene sentido que nos obliguen a vender productos que no triunfan"

La administración ha ordenado que, a partir de 2026, todas las tiendas tendrán que destinar el 40% de sus lineales a vender determinados productos frescos en un mercado cada vez más transformado para uso y disfrute del turista

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El mercado de la Boqueria de Barcelona se debate entre dos almas opuestas entre ellas: la del mercado de barrio y la de ser, cada vez más, un parque temático para el turista, una máquina de hacer dinero que corre el riesgo de devorarse a sí misma.

Su ubicación estratégica a escasos metros de La Rambla ha convertido al mercado en un polo de atracción para grupos, cruceristas y visitantes en general, hasta el punto de que se cuentan por millones a escala anual.

Si bien esto asegura una fuente de ingresos tanto para los paradistas como para las arcas de la ciudad, lo cierto es que muchos negocios han adaptado su modelo a un consumo rápido, pasajero, hasta desproveer al mercado de su misma esencia. 

Fruterías que ya no venden fruta entera, carnicerías en las que se puede encontrar de todo (zumos, fruta cortada, burritos o empanada). Todo menos carne fresca.

Se trata de movimientos encarados al take awaya un perfil de comprador que, precisamente, aleja al cliente de barrio.

El mercado de La Boqueria

El mercado de La Boqueria GALA ESPÍN Barcelona

Producto fresco

El Ayuntamiento, consciente de la situación y de que la Boqueria corre un cierto riesgo de morir de éxito si se renuncia a esa esencia, se ha puesto manos a la obra vía una nueva normativa. Los paradistas, según ha podido saber Metrópoli, la acogen con escepticismo.

La nueva norma implica que se destinará el 40% del lineal de tienda a producto fresco y el 60% restante, con libertad para introducir elementos como el take away. Todo ello, supuestamente, dentro del epígrafe de cada negocio.

Interior del mercado de La Boqueria

Interior del mercado de La Boqueria GALA ESPÍN Barcelona

Dicho de otra forma, una frutería tendrá que tener piezas de fruta entera junto con la cortada, pero se termina la venta de burritos o empanadas. Una pollería "tendrá que vender solo pollo y derivados del pollo", aclaran las fuentes consultadas.

Dos caras

La norma tiene, sin lugar a dudas, una parte positiva de cara a la imagen que se proyecta. "Esto se ha ido de madre, ahora todo Dios vende lo que quiere y afecta a la identidad del mercado". No obstante, también connotaciones negativas.

"No tiene sentido que se nos obligue a vender productos determinados que los mismos negocios dejamos de vender porque no triunfan y se acaban poniendo malos", lamentan.

Y es que la normativa no se queda en la idea de 'producto fresco', sino que dicta qué productos, concretamente, hay que tener en mostrador.

Una parada en el mercado de la Boqueria de Barcelona

Una parada en el mercado de la Boqueria de Barcelona MERCAT BOQUERIA

A partir de enero del 2026, supuestamente, esta situación se va a regular y se obligará a adecuar las instalaciones a los productos.

Como ejemplo, apuntan: "si una charcutería quiere vender bocadillos, tendrá que tener un espacio de obrador adecuado para la elaboración dentro de la misma parada".

Escepticismo

"No creemos que se vaya a aplicar", teorizan, pues obligaría a que muchos comercios que cuentan con obradores de fuera del mercado hayan de hacer grandes inversiones en readecuar las paradas. Y en una suerte de limbo quedan, al parecer, aquellos productos de obrador ajeno.

¿Qué consecuencias tendrá? La afectación será desigual para cada comercio. Aquellos que en los últimos años han hecho grandes inversiones para adaptarse al consumo del turista recibirán un auténtico palo. 

Interior del mercado de la Boqueria

Interior del mercado de la Boqueria GALA ESPÍN Barcelona

Aquellos que han mantenido su negocio como siempre o con escasas adaptaciones, de aplicarse la normativa, la acogen como "una bendición".

Sin embargo, "hay mucho monstruo en el mercado como para que esto vaya a aplicarse", sospechan.

Reorganizar las prioridades

El mercado de la Boqueria adolece de dos grandes problemas que, según los paradistas consultados, son la accesibilidad y la seguridad.

El primer paso para devolverle al mercado esa identidad a la que no se quiere renunciar pasa por hacer que el cliente se sienta seguro y que se sienta cómodo al ir.

"Con la cantidad de robos que hay en La Rambla y en el mismo mercado cada día, es comprensible que no quiera venir una familia en la mañana de un fin de semana a darse un paseo y hacer la compra en el mercado, porque salen sin cartera", lamentan.

Fruta cortada en una frutería del Mercado de la Boqueria / MA

Fruta cortada en una frutería del Mercado de la Boqueria / MA

La accesibilidad es más complicada, pues el gran flujo de visitantes no va a cambiar y las obras de La Rambla todavía se están llevando a cabo, por lo que no se esperan mejorías de calado a corto plazo. 

Con estas inversiones y una normativa más flexible para el negocio, los comerciantes creen que podrían orientarse hacia un modelo que no renuncie ni al turista ni al perfil local, sin perjudicar a la viabilidad y ventas de cada comercio.