Imagen ilustrativa del humo de un cigarrillo convencional

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Vivir en Barcelona

El humo, la sustancia más perjudicial de los cigarrillos

La nicotina, aunque no es inocua y es adictiva, no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar

12 diciembre, 2022 00:00

Fumar es dañino y adictivo. A pesar de que en los últimos años han surgido numerosas alternativas al cigarrillo, es necesario saber que ninguna opción es saludable más allá de la solución definitiva: dejar de consumir tabaco y nicotina por completo. No obstante, para todos aquellos adultos que van a continuar el hábito, existen alternativas científicamente probadas para reducir el daño que provocan los cigarrillos.

LA COMBUSTIÓN FUERA DE LA ECUACIÓN

Cuando se enciende un cigarrillo, entra en combustión, lo que produce un gran número de sustancias químicas. Durante este proceso de combustión, la temperatura de un cigarrillo puede superar los 600 grados centígrados, y provoca la generación de unas 6.000 sustancias químicas, de las cuales unas 100 han sido identificadas como nocivas o potencialmente nocivas. Y son estos altos niveles de sustancias nocivas las principales causas de enfermedades relacionadas con el hábito de fumar, y no la nicotina* como se suele creer.

Infografía sobre la diferencia entre el cigarrillo tradicional y las alternativas libres de humo / PHILIP MORRIS 

Infografía sobre la diferencia entre el cigarrillo tradicional y las alternativas libres de humo / PHILIP MORRIS 

Gracias al desarrollo tecnológico y la investigación científica, se ha conseguido avanzar hacia alternativas al cigarrillo libres de humo.

Entre las opciones libres de humo, las más conocidas son los dispositivos de calentamiento de tabaco y los cigarrillos electrónicos (también conocidos como vapers o vapeadores). Ambas alternativas consiguen eliminar el proceso de combustión, por lo que se genera un vapor o aerosol distinto del humo del cigarrillo.

Los dispositivos de calentamiento de tabaco, como su propio nombre indica, calientan el tabaco dentro de un rango de temperatura específico gracias a un sistema electrónico de control del calor para evitar que se queme. Por otro lado, los vapers, no utilizan tabaco, pero calientan una solución líquida que suele contener nicotina y genera un vapor.

El hecho de calentar y no quemar hace que los niveles de sustancias químicas liberadas sean mucho menores en comparación con los que encontramos en el humo de un cigarrillo. No obstante, cada producto concreto debe estudiarse científicamente con los estándares adecuados para comprobar que efectivamente se reducen significativamente los niveles de sustancias químicas nocivas y potencialmente nocivas. 

Ahora bien, estas alternativas, aunque demuestran científicamente ser mejores que seguir fumando, no están exentas de riesgo y con su uso generalmente se inhala nicotina, que es adictiva.

Infografía sobre la diferencia entre los dispositivos de calentamiento de tabaco y el cigarrillo electrónico / PHILIP MORRIS 

Infografía sobre la diferencia entre los dispositivos de calentamiento de tabaco y el cigarrillo electrónico / PHILIP MORRIS 

¿Y QUÉ PODEMOS HACER? 

Según datos de la OMS, se contabilizan más de 1.000 millones de fumadores alrededor del mundo y no se espera que este dato descienda significativamente en los próximos años. Es decir, hoy en día más de 1.000 millones de personas eligen la opción más nociva de consumir tabaco: el cigarrillo, a pesar de conocer sus riesgos y de las políticas actuales de prevención y cesación del tabaquismo.

Un caso muy ilustrativo de lo que se podría conseguir si adoptásemos una visión holística del problema es, entre otros, Japón. El país nipón, con tasas altas de aceptación de productos libres de humo (en concreto de dispositivos de calentamiento de tabaco), ha experimentado un descenso en el consumo de cigarrillos en los últimos años como consecuencia de la introducción de los productos sin humo. Según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de este país, en 2019, este consumo se redujo en un 13,1% y, en los últimos cinco años la prevalencia de fumadores se ha reducido considerablemente.

Comparativa entre los efectos del tabaco y del humo / PHILIP MORRIS 

Comparativa entre los efectos del tabaco y del humo / PHILIP MORRIS 

El Reino Unido es un caso similar, donde los cigarrillos electrónicos llegaron hace unos diez años al país y, mientras que en 2011 la prevalencia del tabaquismo estaba en el 19,8%, en 2019 había bajado al 13,9%, según datos de la Oficina Nacional de Estadística británica.

En definitiva, existe la posibilidad de ayudar a combatir el impacto que genera el tabaquismo en la salud pública si conseguimos complementar las estrategias existentes de prevención y cesación con un enfoque de reducción del daño, que favorezca que los fumadores adultos que de otra forma continuarían fumando cambien a mejores alternativas, revirtiéndolo en un impacto positivo en la salud pública. Entre otras cuestiones, es esencial que las autoridades y la regulación favorezcan el acceso de los fumadores adultos a información veraz basada en evidencia científica que les permita tomar decisiones informadas.

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* La nicotina es una sustancia adictiva presente de manera natural en la hoja de tabaco. Aunque no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar, no es inocua y está contraindicada para determinados perfiles (menores, embarazadas, lactantes, diabéticos, personas con hipertensión o insuficiencias cardiacas).