Cómo detectar el autismo en adultos

El Trastorno del Espectro Autista (TEA), más conocido como autismo, es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a la comunicación, al lenguaje, a las relaciones sociales y al comportamiento de las personas que lo padecen. Se utiliza el término espectro para describir una variabilidad muy amplia de afectación de los diferentes síntomas.

Aunque se suele detectar a edades muy tempranas, cada vez es mayor el número de personas diagnosticadas en edad adulta que se reconocen en la condición del espectro del autismo. En ocasiones, es más difícil de diagnosticar en los adultos que en los niños porque algunos síntomas pueden coincidir con los de otros trastornos de salud mental, como la ansiedad o el trastorno de déficit de atención o la depresión.

POSIBLE ORIGEN GENÉTICO

Las personas con TEA tienen dificultad para comunicarse e interactuar con otras personas, intereses limitados y comportamientos repetitivos; o síntomas que afectan su capacidad para desempeñarse en la escuela, el trabajo y otras áreas de la vida. Pese a que cada vez gana más terreno la hipótesis de que se trata de un problema genético, en combinación con disparadores ambientales, en realidad se desconoce exactamente por qué se produce.

Las personas que lo padecen tienen más probabilidad de utilizar todas sus capacidades y habilidades si reciben terapias adecuadas. Para ello, es importante que el tratamiento se centre en las necesidades específicas de cada paciente. Todos los tratamientos deben basarse en la identificación precoz del trastorno y diagnóstico para un tratamiento individualizado.

TENDENCIA A OCULTARLO

“Es muy importante que haya conciencia sobre el autismo y se trabaje para romper el estigma social que lo rodea. Identificar el Trastorno del Espectro Autista (TEA) en adultos puede ser más complejo que en la infancia, pero es fundamental para proporcionar un apoyo adecuado, señala Cristina Sanz, del Servicio de Psiquiatría, Psicología y Medicina Psicosomática del Hospital Universitario Dexeus.

Según la especialista, muchas personas con TEA experimentan síntomas desde la infancia, pero algunos pueden no haber sido diagnosticados debido a la falta de conocimiento o comprensión del trastorno en ese momento. Incluso puede manifestarse de manera distinta entre hombres y mujeres. Las mujeres tienden a enmascarar más sus síntomas, lo que puede dificultar la detección y el diagnóstico.

La doctora Cristina Sanz

La doctora Sanz destaca, a su vez, que “algunas personas con TEA pueden haber desarrollado habilidades de compensación para afrontar sus dificultades sociales o de comunicación en ciertos contextos, lo que puede hacer que el diagnóstico sea más desafiante”.

LA IMPORTANCIA DEL DIAGNÓSTICO

El diagnóstico, en adultos con TEA, suele llegar cuando el nivel de afectación es importante al desarrollar los roles propios de la vida adulta a pesar de que en la infancia y adolescencia no fuera tan significativo o bien porque en aquella época no se contaba con el conocimiento actual sobre este trastorno.

No afrontar a su debido tiempo esta condición reduce el apoyo que necesitan en su desarrollo. La psicóloga Cristina Sanz, coordinadora de la Unidad de TEA del Hospital Universitari Dexeus, explica que las consecuencias de un diagnóstico tardío derivan en una mayor afectación de problemas de tipo emocional, del estado de ánimo, así como conflictos de tipo social y falta de comunicación.

“No todas las personas con características propias del TEA desarrollan un trastorno como tal; de hecho, en algunas ocasiones los síntomas pueden ser subclínicos, pero cuando la persona experimenta dificultad para seguir la funcionalidad del día a día, siente afectación en el ámbito emocional mediante desregulación o sufre dificultades que aparecen en varios contextos, podemos pensar que es probable que exista un TEA”, concluye la experta.