No corren buenos vientos en la izquierda de la izquierda. La quinta asamblea de Podemos y el último congreso de Sumar ponen en evidencia que la ruptura es total. Que es difícil un Sumar con motor Podemos que pondría a la izquierda del PSOE en el tablero político para que esta izquierda pudiera gobernar. Parece que Podemos quiera pasar a la oposición para así recuperar el fuelle perdido. Ya saben, contra la derecha se vive mejor. Contra la izquierda se vive en contradicción. La guinda la puso la ya candidata -y faltan dos años para unas elecciones- Irene Montero cuando dijo que el PSOE “haga unidad también con aquellos sectores que les son más afines programática e ideológicamente”. O sea, que el PSOE pacte con Sumar y les deje la izquierda a Podemos. 

La izquierda siempre se debate en este escenario. En los inicios de la transición se produjo una desbandada al Partido Socialista de militantes de la izquierda que anidaban en una ensalada de siglas. Nueva Izquierda acabó integrándose en el PSOE en la década del 2000 e Izquierda Unida fue una respuesta de la izquierda a la marcha de cuadros al PSOE. Ahora, Montero invita a Sumar a retomar este camino. O sea, Montero y Podemos quieren apropiarse de un segmento electoral. Pocos y bien avenidos deben pensar, porque saben que en la izquierda de la izquierda siempre hay un grupo de fieles que nunca votarán socialista

¿Y en Barcelona? ¿Se presentará una Irene Montero podemita frente a un retorno de Ada Colau? No lo descarten. Baste recordar las malas relaciones de Iglesias con Colau. Desde Podemos se señala a los Comunes como culpables de la guerra cainita de Sumar contra Podemos en las elecciones del 2023. Y, como no, los Comunes son la caspa 

Colau se las promete muy felices. Se ha tomado dos años sabáticos y espera volver como la hija pródiga para ganar, por supuesto. De momento, los números no salen. Collboni sigue encabezando las encuestas de Barcelona. El último barómetro municipal otorga al PSC un 14,4% de voto directo, 5,7 puntos más que Barcelona en Comú. La última encuesta nacional publicada deja a Sumar en las raspas con un 5,1% -cayendo más de siete puntos con respecto a Julio de 2023- y a Podemos con un 3,3%. 

Con estos datos, la situación no es para tirar cohetes y menos si miramos a la confrontación europea de hace dos años. Podemos 36683. Comunes 34166. Estos datos de la ciudad de Barcelona se produjeron en un momento bajo para Podemos, y encima, siendo claros, sin ningún líder conocido ni en Cataluña ni en Barcelona. Si Podemos consigue poner cara y ojos en Cataluña y en Barcelona a su proyecto, Colau podría pasarlo mal. No está escrito que su vuelta sea exitosa, y mucho menos si Podemos levanta su propia bandera porque Colau para Iglesias forma parte de su último libro “Enemigos íntimos”. 

De hecho, Iglesias pidió en la presentación del libro que los dirigentes de Sumar y dejen a las “organizaciones de izquierdas hacer política”, en clara referencia a que Sumar no es de izquierdas. Vamos, que Colau tendrá que currarse su vuelta, si es que vuelve y si es que curra. A Podemos le falta un líder. Buscar un perfil. Déjenme malmeter. Deben encontrar su Gabriel Rufián para hacer un siete a los Comunes. Recuerden que Rufián fue la carta de ERC para poner un muro de contención a la fuerza de Podemos en 2015. Si esto sucede los Comunes “tenen mala peça al teler”, o sea traducido, pueden estar en las últimas. Los números no dan y menos le darán con Podemos entrando en el tablero municipal. Colau podría estar escribiendo ya el epílogo de su historia.